Arte, inteligencia artificial, derechos de autor y copyright | En los últimos tiempos, las redes sociales han sido testigos de imágenes virales que han desconcertado al público. Desde el Papa luciendo una moderna campera hasta LeBron James vestido de rosa en el estreno de Barbie, estas fotos comparten un denominador común: ninguna es real. Todas son creaciones de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), destacando las impresionantes capacidades de esta tecnología para generar imágenes realistas de alta calidad.
Sin embargo, esta revolución tecnológica no se limita al ámbito del entretenimiento; también está generando conflictos en el mundo artístico y creativo. La IAG produce obras cada vez más similares a las creadas por seres humanos, afectando a diversos profesionales. Los guionistas y actores, por ejemplo, protagonizaron extensas huelgas en Estados Unidos para proteger sus empleos ante el avance de la inteligencia artificial en la producción audiovisual.
El cine también se ve afectado
En un histórico acuerdo entre el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión y la Alianza de Productores de Cine y Televisión de los Estados Unidos, se establecieron pautas para el uso de la IA en proyectos cinematográficos y televisivos. Este acuerdo diferenció tres tipos de usos de la IA y marcó un precedente para otros oficios y profesiones, asegurando el consentimiento del actor o guionista en cada proyecto y la compensación adecuada en caso de prescindir de actores humanos.
Los ilustradores también se han visto afectados, especialmente aquellos cuyos estilos son replicados por plataformas de IAG como DALL-E 2, Midjourney y Stable Diffusion. Las asociaciones de fotógrafos e ilustradores han comenzado a presentar demandas por derechos de autor contra estas empresas, alegando que la materia prima para entrenar los sistemas fue tomada sin autorización de los artistas.
Surgen preguntas cruciales: ¿Son las obras generadas por la IA consideradas derivadas si están basadas en obras con derechos de autor? ¿Puede la IA ser creativa? ¿Es legal generar obras con herramientas de IAG entrenadas con material protegido por derechos de autor sin el consentimiento de los creadores? El debate se intensifica, abarcando cuestiones legales y éticas sobre la autoría de obras generadas por inteligencia artificial.
¿Qué opinan los expertos?
Expertos en propiedad intelectual como Mariano Zukerfeld y Beatriz Busaniche señalan que las leyes de propiedad intelectual a menudo favorecen a las empresas poderosas, y el copyright es visto como una herramienta de los poderosos en lugar de los artistas y creadores.
En Argentina, ilustradores como Santiago Caruso han denunciado la usurpación de derechos de autor vinculados a la IAG. Caruso sostiene que estas obras son ilegales, ya que se construyen sin el consentimiento de los autores de las obras utilizadas para entrenar los modelos de IAG.
La abogada Micaela Mantegna destaca la necesidad de separar las cuestiones éticas de las legales. Aunque utilizar nombres de artistas vivos como parte del prompt no siempre constituye una infracción de derechos de autor, las demandas sobre la propiedad intelectual de la materia prima utilizada para entrenar los sistemas de IAG se multiplican.
El debate se extiende
El debate se extiende a la esfera internacional, con gigantes tecnológicos como Google y Facebook enfrentando demandas por el uso no autorizado de material protegido por derechos de autor en sus IA. Incluso medios de comunicación como The New York Times han presentado demandas por el uso no autorizado de sus textos en modelos de IAG.
El concepto de «uso legítimo o justo» se ha presentado como un argumento para justificar el uso de materiales protegidos por derechos de autor en el desarrollo de la inteligencia artificial. Sin embargo, expertos como Zukerfeld cuestionan la eficacia de las leyes actuales y abogan por transformaciones más profundas en los modelos de negocios actuales.
En medio de este panorama complejo, el debate sobre los derechos de autor y la inteligencia artificial plantea preguntas fundamentales sobre la coexistencia de la creatividad humana y la capacidad de las IA para generar obras similares. La necesidad de marcos regulatorios que equilibren la protección de los creadores con el avance de la innovación tecnológica se convierte en un desafío crucial para la sociedad y la cultura contemporáneas.